El escritor norteamericano, Premio Nobel de Literatura 1954, Ernest Hemingway, propuso la Teoría del Iceberg o Teoría del témpano. Esta consiste en que el escritor ha de concebir su obra conociendo mucho más de la historia de lo que finalmente cuenta en lo que escribe. El escritor conoce la totalidad del Iceberg, pero lo que sobresale del agua es solo una pequeña porción de este (alrededor de una octava parte aunque en la práctica no es necesario ser tan riguroso siempre).
El escritor es ante todo un administrador de la información que posee sobre la historia que narra y sus personajes. No todo lo que sabe el escritor sobre una historia es indispensable para que esta se entienda, e incluso hacer uso de información innecesaria puede ser negativo para la narración. De otra parte, el escritor ha de escoger el momento adecuado para dejar salir cierta información a la superficie, solo cuando sea totalmente necesario para la historia. Entre más conozca un escritor de lo que escribe mucho mejor; y así todo este conocimiento no sea plasmado en lo que escribe, ese conocimiento es perceptible para el lector al lograr comprender a partir de lo necesario.
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